DAÑO MORAL, HUELLA PSÍQUICA Y VIOLENCIA DE GÉNERO.
EL daño o huella psíquica se obtiene a través de la medida de los
efectos de un acto delictivo en la salud mental, siendo el trastorno
primario en violencia de género y en la práctica forense el
Tratorno de Estrés Postraumático (TEP), y los secundarios la
depresión, inadaptación social, ansiedad y disfunciones sexuales
(Sarasua, Zubizarreta, Echeburúa y Corral, 2007; Kessler et al.,
1995). Pero la presencia de los trastornos secundarios sin el
primario (TEP) no puede considerarse una secuela del hecho traumático
(O´Donnell et al., 2006).
Identificado el daño psíquico o huella psíquica de la violencia de género, el siguiente paso es su medida, pero no desde la evaluación clínica tradicional, ya que no observa la posibilidad de simulación., algo que debe de someterse a prueba en le contexto médico-legal (APA, 2000).
En suma, en la práctica de la prueba judicial no sólo hay que observar lesión psíquica o sufrimiento emocional, sino que también es imprescindible demostrarlo, controlando,…
Identificado el daño psíquico o huella psíquica de la violencia de género, el siguiente paso es su medida, pero no desde la evaluación clínica tradicional, ya que no observa la posibilidad de simulación., algo que debe de someterse a prueba en le contexto médico-legal (APA, 2000).
En suma, en la práctica de la prueba judicial no sólo hay que observar lesión psíquica o sufrimiento emocional, sino que también es imprescindible demostrarlo, controlando,…