LA ALIENACIÓN PARENTAL: ESTADO ACTUAL
En
síntesis, la Alienación Parental ha sido entendida mayoritariamente como un
problema relacional o sistémico (Garber, 2011; Nicholas, 1997; Stahl, 2003;
Baker, 2007; Hannuniemi, 2007; Lasbats, 2004; Kelly & Johnston, 2001;
Waldron y Joanis, 1996; Lund, 1995; Bolaños, 2002, 2003) en el que participan
ambos progenitores y el niño, quien manifiesta la sintomatología más evidente
(rechazo) y es también un contribuyente activo cuyas variables personales
actúan como agente modulador (Klenner, 1995; Cartié, 2005; Bricklin, 1995;
Bone, 1999). Simultáneamente, y todavía en discrepancia, se encuentran los
autores que consideran al niño un agente pasivo, (Mercer, 2001) y aquellos que
atribuyen al progenitor alienante, en solitario o en conjunción con el menor,
la responsabilidad sobre el trastorno (Darnall, 1998; García, 2009; Turkat,
1995, 1997, 2000, 2005; Burrill, 2001).
En cuanto al estado de la
cuestión conocida como “controversias en torno al SAP”, la misma se centra en
torno a dos grandes cuestiones, su cuestionada validez científica y su supuesta
legitimidad ideológica, todo lo cual ha derivado en una falta de consenso
científico y ético respecto a su tratamiento, generando un cierto nivel de
alarma al plantear posibles consecuencias negativas en el menor, como estados
de indefensión, a causa del empleo de las llamadas terapias coercitivas o
aquellas que ejecutan medidas en contra de la voluntad del niño favoreciendo al
mismo tiempo los intereses del progenitor alienado y en contra del alienante.
Por otra parte, los grupos
contrarios al SAP, enmarcados en lo que se ha venido a llamar “polémica de
género”, advierten del peligro que entraña la utilización del constructo por
padres maltratadores que, para justificar el rechazo legítimo de sus hijos
hacia ellos, tergiversan la realidad pretendiendo culpar del rechazo a las
madres. Estos mismos grupos definen el constructo SAP como un instrumento
creado con la intención de arrebatar la custodia a las mujeres, a favor de los
hombres (García, 2009).
Por último, se ha alegado la falsa
capacidad del SAP para discernir o discriminar entre falsas acusaciones de
abusos y malos tratos de las verídicas, pues carecería de la necesaria capacidad
científica para discriminar la veracidad de los testimonios de los menores
respecto a estas situaciones.
Fuente: Tesis doctoral "Las Interferencias Parentales y la Alienación Parental en el contexto Jurídico Español: revisión de Sentencias Judiciales en Materia de Guarda y Custodia". Ignacio González Sarrió. Universidad de Valencia.
Fdo. Ignacio González Sarrió
Psicólogo. Perito Judicial.
Colegiado en Valencia CV06179
696102043
grupopsico@cop.es
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