SÍNDROME DISEJECUTIVO Y ALTERACIONES NEUROCONDUCTUALES.
LA DISFUNCIÓN EJECUTIVA COMO MODELO PARA ENTENDER LAS ALTERACIONES NEUROCONDUCTUALES.
Las funciones ejecutivas comprenden, la conducta intencionada (iniciación, secuenciación y monitorización), la toma de decisiones y la flexibilidad mental entre otras.
Muchos de los cambios postraumáticos en la conducta y en la personalidad pueden resumirse como discapacidades de la función ejecutiva 8(o síndrome disejecutivo).
Las funciones ejecutivas están compuestas por tres grandes dominios:
a) Las funciones mentales superiores.
b) El comportamiento social.
c) El comportamiento motivado o dirigido a metas.
En el primer dominio, las funciones mentales superiores, podemos encontrar:
- La flexibilidad mental.
- La resolución de problemas.
- La adaptación al cambio.
Las afectaciones a este nivel suponen los mayores impedimentos para desempeñar una vida autónoma, adaptación social y vida familiar/laboral normal.
El segundo dominio, el comportamiento social considera:
- La conciencia que se tiene del propio comportamiento. Identidad.
- Las normas sociales.
- El automonitoreo.
- Autoregulación de la conducta.
En cuanto a la autoregulación de la conducta, se pueden distinguir los siguientes fenómenos:
- Impulsividad. Falta de control de los impulsos: “excesos verbales, actos físicos, decisiones apresuradas, pobre juicio a causa de la incapacidad para tener en cuenta las consecuencias de una acción, respuestas exageradas ante estímulos ambientales irrelevantes”.
- Irritabilidad. Modulación de la rabia.
- Labilidad afectiva. Reacciones emocionales desproporcionadas.
- Déficits de conciencia. El paciente no es consciente de los cambios producidos en su conducta tras el accidente, no así sus familiares, amigos y cuidadores.
El tercer y último dominio, el comportamiento motivado y dirigido a metas, incluye:
- La capacidad de iniciación, secuenciación y conducta orientada al logro.
En este sentido, un síndrome disejecutivo puede ocasionar:
- Apatía: bastante común después de una lesión cerebral postraumática.
Fuente: "Manual de neuropsicología forense: de la clínica a los tribunales". Adolfo Jarne y Álvaro Aliaga. Edit. Herder. 2010.
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