“EL PORQUÉ DE LA IMPORTANCIA DE CREAR UNA RED DE PROFESIONALES”.
“EL PORQUÉ DE LA IMPORTANCIA DE CREAR UNA RED DE PROFESIONALES”.
Escribo este artículo convencido de todos y cada uno de los argumentos que en el expongo. Estos razonamientos son algunos resultado de mi experiencia profesional y otros adquiridos con el tiempo mediante la observación, la escucha y el aprendizaje, otros en cambio son fruto del sentido común, quizás muy obvios para algunos pero a mi me ha costado llegar a su insight, al darse cuenta de su verdadera y natural relevancia.
Voy a tratar de explicar el porqué de la importancia de la cooperación profesional, es decir, de la importancia de crear una red profesional que se retroalimente a sí misma y cuya principal finalidad sea el desarrollo profesional integral de las personas que la forman.
La conclusión a la que he llegado tras 13 años de ejercicio profesional (no siempre autónomo, muchas veces con contrato laboral), es que, el individualismo -entendido este como la forma de trabajo profesional/cliente- alejada del resto de profesionales, pierde validez en el contexto actual. Es más, genera un cierto aislacionismo, no dando lugar a la tan necesaria reestructuración de objetivos que conduce a la renovación y al cambio continuo, de modo que este sistema de relación profesional/cliente, en ocasiones, puede ocasionar cierta frustración al profesional.
Por otra parte, el asociacionismo, la colaboración formal entre profesionales a través de un medio organizado para tal efecto, permite entre otras cosas un mayor y constante flujo de la información, -pudiéndose clasificar esta- generando de este modo conocimiento. Ya que el conocimiento nace de la especialización y tecnificación, es necesario pues, bajar a estos niveles de concreción y generar debates en esos niveles.
Por otra parte, la especialización tiene también otras ventajas frente a la generalización, al estar especializado conoces mas a fondo los entresijos del funcionamiento de aquello con lo que operas, esto genera seguridad en el profesional que se traduce en una mejora de la calidad del servicio y de la asistencia en términos globales.
Por ello, la especialización lleva implícita la acción de derivar aquello que nos es ajeno a nuestro quehacer diario, a nuestro “corpus teórico”, es decir a nuestra formación. Pienso que, un verdadero profesional, cuando asume un caso, bien sea en el campo de la clínica, salud, educación o jurídica, lo hace consciente de sus facultades y capacidades y de que estas contribuirán a la mejora y ayuda del paciente o cliente.
Sin duda, esta disposición está presente en casi todos los ejercicios profesionales, pero especialmente en los autónomos, ya que el responsable último de la gestión y tratamiento es uno mismo.
Por ello, poco a poco, vas tomando conciencia de la relevancia de la especialización y de la derivación y de que esto solo es posible en un contexto de compañerismo y cooperación.
Otro de los grandes pilares que sustentan el desarrollo profesional dentro de una comunidad o grupo es el intercambio de conocimientos, experiencias, estudio de casos, interpretaciones y enfoques teóricos, metodologías e instrumentos utilizados…. etc, etc. Ya no solo de compañeros y compañeras de profesión, sino de otros agentes que intervienen en un área determinada. Esto a mi modo de ver, solo se puede lograr tendiendo puentes entre las distintas comunidades profesionales, generando o creando espacios y foros que faciliten estos debates y sobretodo teniendo una actitud pro-activa y un interés real por las aportaciones de otras disciplinas.
Sin duda en el caso de la psicología jurídica, este acercamiento no solo al derecho sino a las ciencias sociales y médicas, es del todo indispensable. Al fin y al cabo somos unos recién llegados.
Esta riqueza de interpretaciones respecto a una misma área de actuación, posibilita una visión completa en la que, los aspectos médicos, psicológicos, sociales y jurídicos se entrelazan, potencian y coordinan. El resultado es la consolidación de todas y cada una de las disciplinas, así como la relevancia de las mismas, incidiendo en los procesos de retroalimentación e interdependencia que se producen.
También resulta interesante contemplar la visión institucional de los distintos organismos oficiales que participan en el área – en este caso la psicología jurídica- sus procesos de organización, gestión y desarrollo práctico, bien desde el campo de la investigación y el conocimiento- como es el caso de la universidad- bien desde la praxis como es el caso de la administración de justicia y los servicios sociales y de salud-.
Por último y no por ello menos importante, destacar la inexplicable sensación de plenitud que tiene un profesional cuando puede dedicarse a aquello para lo cuál ha invertido tantos años de su vida. Si además, disfruta realizando su trabajo y lo hace en ausencia de rigideces propias de otros contextos laborales ajenos al autónomo, pues mucho mejor, como se dice en Valencia, “ A mes mel, mes dolç”.
Saludos a todos y todas.
Ignacio González
NºCol.cv06179.
Coordinador de Grupos de Trabajo
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