DIFERENCIAS ENTRE EL SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL (SAP) Y LA ALIENACIÓN PARENTAL (AP).
En
primer lugar, se considera fundamental establecer la diferenciación
entre los términos “Síndrome de Alienación
Parental” (SAP), definido
primeramente como entidad particular por Richard Gardner
(1985), del concepto más
genérico “Alienación Parental” (AP).
La
Alienación Parental se define como el rechazo persistente
del niño al contacto con uno de sus dos progenitores, hacia quien
profesa una gran hostilidad injustificadamente, mientras que se
establece una fuerte alianza con el otro; no presentando un conjunto
específico de síntomas necesarios. En el caso de la alienación
parental, no existe consenso respecto a la necesaria concurrencia de
estrategias de alienación por parte de uno de los progenitores,
puesto que podría darse que un menor presentase rechazo a
relacionarse con el otro en ausencia de conductas obstaculizadoras;
siendo la alienación, en este caso, el resultado de la resolución
de un conflicto de lealtades provocado por la discordia
interparental. Si bien la AP cuenta con estos dos factores
principales (rechazo del contacto con uno de los progenitores y
alianza férrea con el otro), de igual modo presentes en el PAS, no
resulta condición indispensable la manifestación de un cuadro
sintomatológico completo en el menor. El SAP es considerado, por
tanto, un subtipo específico de Alienación Parental (Farkas, 2011;
J. Hoult, 2006).
Asimismo, Hoult
(J. Hoult, 2006) describe que la Alienación Parental, entendida como
la demostración por parte de un niño de un fuerte desagrado o
antipatía hacia un progenitor, puede ser adaptativa cuando éste
es “infiel,
violento, poco fiable, abusa del alcohol o las drogas o abandona a la
familia. Similarmente, la AP puede ser un signo del desarrollo
infantil normativo como las rabietas infantiles, la rebelión
adolescente o las respuestas naturales ante el divorcio”,
ya que durante el desarrollo infantil es habitual que los niños
muestren su afecto de distinto modo hacia cada uno de sus
progenitores o que se aproximen más a uno de ellos sin estar causado
por interferencias parentales.
A
diferencia de lo expuesto anteriormente, el
Síndrome de Alienación Parental (SAP),
tal y como fue definido por Gardner (1985), explicita, como
característica indispensable, la presencia de conductas y actitudes
causantes del rechazo, no
basándose el debilitamiento de la relación progenitor
rechazado-hijo en cambios normativos, ni estando justificado por la
historia previa de las relaciones parentofiliales (Ramírez,
2004).
Gardner
(1985, 1992) especifica,
en su definición para el
SAP, que el mismo es
un trastorno infantil resultado de la combinación del
adoctrinamiento ejercido por un progenitor (“programación” o
“lavado cerebral”) y de las propias contribuciones del niño al
vilipendio del progenitor alienado, manifestándose primariamente en
la campaña injustificada de denigración hacia este
último, entendiéndose por
tal en ausencia de abuso, maltrato o negligencia. Bajo evidencia de
alguna de estas conductas, la animadversión del niño estaría
justificada y, por tanto, su hostilidad no sería explicable mediante
este síndrome. En la conceptualización de Gardner, se encuentra el
componente de “lavado de cerebro”, indicando una inculcación a
los hijos, sistemática y conscientemente, de la descalificación
hacia un progenitor por parte del otro.
El
autor incluye también factores que pueden ser “subconscientes o
inconscientes”, así como otros propios del menor, que contribuye
al síndrome autónomamente e incurre en una falta de ambivalencia,
donde uno de sus progenitores es “totalmente bueno” (el
alienante, a quien idealiza) y el otro “totalmente malo” (el
alienado, a quien odia y difama verbalmente) (I. Bolaños, 2002).
En
su obra, Gardner (1985) describe ocho
síntomas típicamente observables en el niño, figura
en la que recae el diagnóstico y que pueden percibirse,
especialmente, en los casos moderados o graves, siendo los
siguientes:
1) Una
campaña de denigración;
2)
Racionalizaciones débiles, absurdas o frívolas para el desprecio;
3)
Falta de ambivalencia;
4) El
fenómeno del “pensador independiente”;
5)
Apoyo reflexivo al progenitor alienador en el conflicto parental;
6)
Ausencia de culpa por la crueldad y/o explotación del progenitor
alienado;
7) La
presencia de escenarios prestados;
8)
Extensión de la animadversión a los amigos y/o familia extensa del
progenitor alienado (Gardner,
1985).
Así,
para Bernet, la “alienación parental a través del
adoctrinamiento” llevada a cabo intencionalmente por uno de los
progenitores, sería concordante con el concepto de PAS de Gardner,
mientras que la “alienación parental sin adoctrinamiento” sería
el simple acercamiento por parte del niño a una de sus figuras
paternas, quienes se encuentran inmersas en conflictos entre ellos,
tratándose en este caso de una respuesta adaptativa del niño, que
busca escapar de la situación de hostilidad recíproca entre sus
padres (W. Bernet, 1995).
Asimismo,
dichas estrategias de alienación pueden producirse en familias
intactas, no se dan necesariamente en todos los casos de separación
o divorcio contencioso, y, lo que es más, no todos los niños
expuestos a estrategias de alienación parental desarrollan SAP
(Ramírez, 2004).
En
definitiva, el PAS debe entenderse como un subtipo concreto de
Alienación Parental, al ser un proceso que engloba las conductas de
alienación por parte de uno de los progenitores, los efectos
directos que éstas tienen sobre el niño, tanto cognitivas como
comportamentales, y la participación del propio niño a la
alienación, situación que es injustificada y por tanto, debe
diferenciarse del rechazo por otras causas legítimas como abuso,
negligencia o cambios normativos del desarrollo infantil. Se destaca
igualmente que las estrategias empleadas (entre ellas la
manipulación) no siempre resultan en alienación, por lo que deben
considerarse un factor presente más, al igual que el rechazo al
contacto mostrado por el menor; y que, aunque la AP ocurre
generalmente en un contexto de divorcio, puede producirse también en
familias intactas.
Fdo.
Ignacio González Sarrió.
Psicólogo
Clínico y Forense.
Experto
en psicología de familia.
Tesis
Doctoral en "Síndrome de Alienación Parental".
grupopsico@cop.es
696102043.
Colegiado
en Valencia.
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