CONDUCTA ANTISOCIAL EN NIÑOS Y ADOLESCENTES.


Para establecer el diagnóstico de psicopatía infanto-juvenil la literatura se centra en el Trastorno de Conducta (TC). Podemos definir el trastorno de conducta como una categoría diagnóstica que designa: "patrones de comportamiento antisocial persistentes y extremos para el nivel evolutivo del niño, que entran en conflictos con las normas y con los derechos o necesidades de los demás”.
Generalmente se considera una categoría heterogénea en la que se agrupan múltiples tipos de conducta, así como diferentes trayectorias y etiologías. Dentro del DSM-IV, el criterio para diferenciar subtipos de niños con trastorno de conducta es la edad de inicio:  

- un tipo de inicio infantil 
- un tipo de inicio adolescente.


Diversos estudios longitudinales han puesto de relieve que los niños con conductas problemáticas tempranas, tienen una historia evolutiva de comportamiento antisocial más persistente que aquéllos que las inician en la adolescencia (Patterson, Reid y Dishion, 1992). Además, en diversos estudios
se ha encontrado que en los niños de inicio temprano, el trastorno de conducta aparecía frecuentemente asociado a disfunciones neuropsicológicas, a entornos familiares desestructurados y disfuncionales, a altas tasas de psicopatología en los padres y a dificultades en las relaciones con los iguales.
La conducta antisocial de inicio adolescente, por el contrario, aparece más a menudo en jóvenes sin disfunción personal ni social previa, y se vincula especialmente a grupos desviados; suele tener un cuadro antisocial más limitado a este período evolutivo y un menor riesgo de delincuencia adulta.
Para Frick; los Trastornos de conducta son muy hetereogeneos y pueden ser debidos a multitud de causas (baja inteligencia, ambiente marginal y delictivo, etc), NO OBSTANTE, existe un subgrupo de niños y adolescentes que presentan las siguientes características:
- Trastorno de Conducta.
- Impulsividad/Hiperactividad.
y sobretodo:
- Rasgos de DUREZA/INSENSIBILIDAD  ( o lo que es lo mismo; Crueldad/frialdad).

Estos niños y adolescentes presentarán un Trastorno Antisocial Crónico y Severo (germen de la futura Psicopatía).
 De manera que como se puede observar la falta de empatía se convierte en eje central para entender la psicopatía juvenil, esta carencia se relaciona directamente con la insensibilidad emocional presente en las conductas violentas (Widiger y Lynam, 1998).

Por otra parte, encontramos otra característica propia de estos jóvenes, la dificultad para discernir entre lo bueno y lo malo, pero no desde lo cognitivo (razonamiento moral) sino desde lo afectivo e interpersonal, lo cual explica la característica presente en los individuos psicópatas, a saber, que pueden comprender que alguien está sufriendo (vertiente cognitiva) pero no pueden sentirlo (vertiente emocional).
 
Fdo. Ignacio González Sarrió.
Doctor en Psicología Jurídica.
Psicoterapeuta. Perito Judicial y Forense
696102043.

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